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Rubén Quiñoy Vilariño.

Responsable de laboratorio de formulación en la Farmacia Enrique Martinez Parajó en Teo – A Coruña

Especialidades: formas farmacéuticas tópicas, formas farmacéuticas orales y rectales líquidas. Formas farmacéuticas orales, rectales y vaginales sólidas.

¿Desde cuándo se dedica a la formulación de medicamentos individualizados? ¿Cómo empezó?

La farmacia tiene laboratorio desde el año de 2000 que coincide con el año de apertura, pero ha sido a partir del año 2017 cuando empezamos a hacer formulación a terceros. Esta decisión viene dada por varias razones. Por una parte, surge la posibilidad de poder ubicar el laboratorio en un espacio mayor y pensando en futuras evoluciones. Consideramos que es una especialidad que nos diferencia y aporta gran valor y servicio a los pacientes y a las farmacias de nuestro entorno. Y la razón más importante, nos apasiona, porque elaborar medicamentos individualizados forma parte de nuestra esencia como farmacéuticos.

¿Hasta qué punto es importante la formulación del MI en tu día a día?

Actualmente el trabajo en el laboratorio ocupa toda mi jornada. Sin duda, nuestra experiencia es muy positiva porque se ha convertido en una actividad importante dentro de la farmacia y confiamos que siga evolucionando.

En tu área geográfica, ¿en qué especialidad se utiliza más la formulación magistral?

Las formas farmacéuticas orales en solución y/o suspensión para pediatría. Pertenecemos al área sanitaria de Santiago de Compostela en donde el Hospital Universitario es también referente en formulación magistral, por tanto, ha influido positivamente en la prescripción de fórmulas.

Durante estos años hemos apostado también por el contacto y la transmisión de conocimiento a las clínicas y hospitales veterinarios de nuestro entorno y actualmente es otra de las especialidades que más trabajamos.

¿Cuáles de las fórmulas incluidas en el sistema electrónico de recetas son las más demandadas?

La inclusión en receta electrónica de fórmulas magistrales ha marcado una gran diferencia porque facilita la prescripción que es el punto de partida del ciclo de vida de la fórmula. Destacaría la suspensión de omeprazol a varias concentraciones, la suspensión de propranolol y la ranitidina. En el área de dermatología se prescriben mucho los aceites y vaselinas salicílicas y las combinaciones de triamcinolona, urea y ácido salicílico.

¿Cómo crees que debería ser la comunicación entre el médico prescriptor y farmacéutico formulista?

Creo que las dos partes deberían hacer un esfuerzo por estar alineados y facilitar este contacto para ayudar a mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Mi experiencia es, en términos generales, muy positiva. Siempre que he necesitado o he considerado que podía aportar información sobre formulación magistral a cualquier prescriptor ha sido bien recibida.

En tu opinión, ¿cómo ayuda a los pacientes la formulación magistral?

Muchos profesionales apostamos por la individualización de los tratamientos, adaptado a las características del paciente y a la fisiopatología en cualquiera de sus fases. La forma de abordarlo solo puede ser mediante la formulación magistral. Pacientes de cualquier rango de edad, sin olvidarnos del reino animal, pueden necesitar tratamientos que la industria farmacéutica no puede resolver. En todos esos casos, la formulación magistral puede ser la opción terapéutica más adecuada.

¿A qué paciente crees que ha ayudado más con su trabajo de formulación? (OPCIONAL)

A lo largo de estos años hemos tenido la oportunidad de ayudar a muchos pacientes, y lo bueno que tiene formar parte de una farmacia comunitaria es el feedback directo que el paciente aporta. La formulación de medicamentos individualizados en muchas ocasiones se convierte en la única opción terapéutica. Poder ofrecer nuestro servicio para cubrir estas lagunas terapéuticas son los casos que nos aportan mayor satisfacción.

¿Cómo ves el futuro de la FM?

El futuro para la FM lo veo prometedor, necesario y dependerá de nosotros que así sea. Tenemos que trabajar individualmente pensando en cómo evolucionar nuestro propio laboratorio de la forma más crítica, analizando nuestros procesos de elaboración, el sistema documental, los controles de calidad, la formación de personal, todos los aspectos que envuelvan la elaboración con el objetivo de obtener medicamentos de la mayor calidad posible. Y es necesario también pensar en conjunto, que el colectivo de laboratorios formuladores se mantenga unido y se conviertan en una comunidad que comparta su experiencia. Sin duda, LASEMI es la piedra angular para que esta cohesión se mantenga y podamos seguir avanzando.

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